Al igual que en otros posts, en los que te hemos enseñado a distinguir entre una marihuana de buena o mala calidad, en el este artículo te enseñaremos como saber si el hachís es bueno.
Estas son preguntas habituales entre los consumidores de hachís, principalmente entre los consumidores más novatos:
- ¿Este hachís es de mala calidad?
- ¿Cómo saber si un hachís es de buena calidad?
- ¿Cómo saber si el hachís está adulterado o cortado?
Pues bien, en I Wanna Grow os vamos a dar unas pistas para que sepáis diferenciar un hachís de buena calidad de uno malo.
En el caso de los cogollos de marihuana lo tenemos más fácil a la hora de reconocer si lo que nos venden es de buena o mala calidad. Las flores o cogollos de marihuana tienen unas características especiales como su fragancia o las capas de tricomas que la cubren, que nos pueden dar una pista clara de la potencia y la calidad del producto que vamos a adquirir.
Aunque en el hachís no encontramos este tipo de rasgos tan determinantes, si que existen una serie de indicadores que seguro nos ayudarán
Índice de contenidos
Indicadores para reconocer el Hachís de calidad
Lo ideal sería realizar nosotros mismos las extracciones de resina con nuestros cogollos o restos vegetales sobrantes de la manicura. De esta manera sabríamos que la extracción final es pura y no esta adulterada, pero si no tenemos esta posibilidad y nos toca comprarlo, debemos fijarnos siempre en el aroma del hachís, en su textura y en su aspecto visual, de manera que podamos identificar un producto adulterado o de mala calidad.
El aroma
Es muy importante para detectar la calidad del producto. Un buen hachís siempre debe desprender algún aroma. Si no huele mucho, al ser calentado debería oler y la fragancia desprendida debería ser agradable.
Si desprende un aroma a rancio y a moho, esto indudablemente no es un buen síntoma. Si huele a plástico, es un indicativo de que tiene agentes contaminantes y por lo tanto lo deberíamos descartar de inmediato. Si está mojado o desprende olor a humedad o tierra, es muy probable que esté adulterado o que su almacenamiento no haya sido el correcto habiéndose deteriorado.
La Textura
Un Indicio de calidad claro, es que el hachís sea denso y compacto, ya que normalmente se prensa como último paso de su elaboración. Si lo notamos muy blandengue y esponjoso, habiendo sido prensado, esto nos indicará que no es muy bueno.
A pesar de ser sólido también debe ser moldeable. Si está muy duro se debe poder moldear en cuanto se le dé calor. Si lo notamos terroso o se deshace al manipularlo, puede estar adulterado o excesivamente seco, ya sea por haber sido elaborado con hierba también muy seca, o por ser un hachís muy viejo.
Una prueba que podemos llevar a cabo es coger un trocito de material y frotarlo entre las manos haciendo una especie de espagueti. Si mientras hacemos esto ser rompe o se deshace con mucha facilidad, la calidad no es la mejor y probablemente esté adulterado.
Hay consumidores que lo mastican para comprobar que sea como goma de mascar y que sepa solo hachís sin interferencia de otros sabores de restos vegetales o tierra
El aspecto visual y textura en función del método de elaboración
Uno de los indicadores más claros para comprobar si el hachís es bueno es su aspecto visual. Este será distinto dependiendo del método que se haya utilizado para realizar la extracción. En otros artículos ya te hemos explicado cómo hacer hachís y aunque existen muchos métodos para hacer este tipo de extracciones, nosotros nos vamos a centrar las elaboraciones más comunes.
Hachís tamizado en seco:
El hachís obtenido a través de tamices en seco es el más popular. Es el que se compra normalmente en España y suele ser de origen marroquí. También es el más popular en los Coffe shops holandeses y uno de los favoritos para elaboración casera, puesto que se puede hacer de manera sencilla y sin necesidad de invertir mucho dinero en materiales.
Este tipo de hachís, si es de buena calidad, debería tener un color marrón claro con pinceladas doradas y su textura debería será arenosa, si no está muy prensado. En el caso de que el prensado sea más fuerte, el color para determinar que este hachís es de buena calidad, debería ser brillante y con tonalidades marrones más oscuras, siendo su textura mucho más dura.
Para terminar de comprobar su calidad, si lo cortamos por la mitad, en su interior debería presentar también un color marrón más claro tirando a amarillo, adoptando una textura más suave si lo calentamos. Si encontramos hachís con tonos más rojizos que amarillos, no debemos asustarnos ya que puede ser de origen libanés y no significa que sea de mala calidad.
Hachís elaborado con agua y hielo:
Este tipo de hachís es cada vez más común en España. Normalmente es elaborado de forma casera. Es más difícil que en la calle podamos adquirirlo, pero no está demás saber también qué rasgos son los determinantes para conocer su calidad, por si acaso.
Si está sin prensar, para asegurarnos que es de buena calidad, debemos fijarnos en que su color sea uniforme y que tenga un aspecto cristalino y con algunos grumos, debido al polvo coagulado en el proceso de elaboración.
Si por el contrario está totalmente prensado, debería tener un color marrón osucro incluso negro. Al abrirlo debería tener un tono más claro o amarillento o incluso verdoso. Normalmente su textura tiene que ser suave y algo pegajoso.
Hemos de tener en cuenta que si hace frío el hachís se endurecerá, pero no es síntoma de mala calidad. Simplemente deberemos darle un poco de calor con un mechero o tenerlo en la mano un rato hasta que se ablande
Los de una calidad inferior suelen ser más duros, ya que han sido elaborados con demasiada materia vegetal, aunque de una calidad peor no significa que este hachís sea infumable.
Hachís frotado a mano:
Este tipo de hachís no es muy habitual en España, a no ser por lo restos que quedan pegados en las manos cuando se hace la manicura de las plantas de marihuana. Es muy raro encontrar hachís de este tipo para comprar y los restos caseros casi siempre son para consumir rápidamente. En los Coffee Shop Holandeses si podemos encontrarlo. De todos modos, te vamos a dar unas cuantas pistas por si te acabas topando con él.
El hachís frotado a mano es una técnica milenaria que todavía se utiliza en regiones de la India y Nepal. Consiste en frotar con fuerza entre las manos las plantas vivas para retirar la resina pegajosa, con la que posteriormente se hacen bolas y se dejan curar antes de ser consumidas.
Sabremos si se trata de un producto de buena calidad, si tiene una textura suave y su color es entre marrón y negro o casi negro y si es pegajoso al tocarlo. Al abrirlo por la mitad si vemos que su interior es de color marrón claro, podemos decir que estamos ante un buen hachís, aunque en ocasiones este color marrón también tiene pinceladas verdes.
Pero en el caso de encontrarnos el interior de color demasiado verde, significa que este hachís tiene un exceso de materia vegetal y por consiguiente su calidad dejará mucho que desear.
En estado frio el hachís frotado a mano tiene que estar duro y cuando lo calentamos será flexible.
Cuando esta frio si está demasiado pegajoso tendremos que empezar a preocuparnos, puesto que lo más seguro que le hayan añadido aceites para incrementar su peso y por lo tanto el hachís sea de mala calidad. Otro signo inequívoco de que el hachís es de una calidad pésima son las manchas blancas de moho, esto significará que no se ha curado correctamente.
El Humo
Un Hachís de calidad, al ser quemado, normalmente va a desprender un humo blanco azulado o gris blanquecino, sin embargo, si el humo emanado es muy oscuro, negro o marrón posiblemente tenga un elevado porcentaje de materia vegetal poco aprovechable o haya sido cortado.
El Efecto
Un indicador claramente determinante, es el efecto que nos provoca al consumirlo, ya que, si conseguimos las sensaciones que andábamos buscando, la calidad para nosotros va a ser buena, a pesar de que otros indicadores nos digan lo contrario.
Puede tener mala pinta, estar seco, húmedo, etc, etc, pero si a mí me gusta, puede que no tenga una calidad basada en los estándares, pero sobre gustos los colores.
La calidad a veces es relativa en función de los gustos y también de la tolerancia. Puede haber un hachís de mucha calidad que nos provoque un efecto demasiado potente que nos guste o un hachís de menos calidad con un efecto más llevadero que nos guste más.
La prueba de las burbujas, otro indicador para saber si el hachis es bueno
Otra prueba que podemos hacer para saber si el hachís está adulterado o es de buena calidad es la comúnmente conocida como “La prueba de las burbujas”.
Es muy sencilla, lo único que tenemos que hacer es coger un trozo de hachís, sea del tipo que sea y quemarlo con una llama. Si el hash comienza a hacer burbujas estamos ante un producto de gran calidad. El de mayor calidad, al entrar en contacto con una llama limpia suele prenderse fuego al instante.
Si al realizar esta prueba el hachís se pone negro, es que existen contaminantes que se han quemado junto a la resina. Para evitar estos problemas tenemos que utilizar un mechero con una llama limpia, en lugar de una cerilla que puede dejar resto de ceniza negra y llevarnos a equívocos.
Si prendemos el hachís y no burbujea, es indicativo de que estamos ante un producto de mala calidad, o que contiene demasiados contaminantes, o un alto volumen de materia vegetal residual.
También puede darse el caso contrario y es que al prenderlo se produzca un exceso de burbujas. Esto puede deberse a que el cultivador conoce esta prueba y ha utilizado una alta dosis de aceites añadidos para conseguir que hachís de mala calidad haga burbujas y vendernos gato por liebre. A veces han llegado a usar miel y leche condesada entre otros para conseguir este efecto.
Si seguimos todos los consejos que explicamos en este artículo, no tendremos problemas para distinguir entre un hachís de buena o mala calidad. En una recapitulación rápida, en lo que tendremos que fijarnos siempre a la hora de adquirir hachís es en el aroma, en la textura, en el aspecto visual. El humo y el efecto normalmente los comprobaremos después.